Pude ver el infinito a través de sus ojos, sentir su respiración tan cerca de la mía, y escuchar sus latidos a poca distancia.
En ese instante, su sonrisa se volvió mi razón de ser, aún no entendía lo que pasaba en mí, ya que fue tan espontáneo, que las estrellas se ríen de mi historia.
Sus labios lentamente acariciaron mis besos, pude mirar la noche oscura tan brillante, que mis ojos se cerraron.