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Música lml

sábado, 4 de agosto de 2012

Tú.

Pude ver el infinito a través de sus ojos, sentir su respiración tan cerca de la mía, y escuchar sus latidos a poca distancia.
En ese instante, su sonrisa se volvió mi razón de ser, aún no entendía lo que pasaba en mí, ya que fue tan espontáneo, que las estrellas se ríen de mi historia.
Sus labios lentamente acariciaron mis besos, pude mirar la noche oscura tan brillante, que mis ojos se cerraron.

Callé sus dudas mientras callaba mis miedos. Tomé su mano por última vez, mientras aquella ilusión acababa... Un suspiro interno revolvió mis ideas mientras lo observava irse... Estaba dejando ir todo, MI todo. Con su presencia olvidé todo lo que me hacía mal, todo lo que me hacía daño... Olvidé todo... Menos que estaba ahí, junto a mí.

lunes, 9 de enero de 2012

Capítulo 2 : ¿Cómo tocar la vida?


Muchísimas gracias por leer, ojalá disfruten el segundo capítulo de mi libro:). 

Lección ii:
¿Cómo cumplir tus sueños?


-¡Carly!-Me di la vuelta, ahí estaba, era Emily. Venía corriendo hacia mí. Su cabello estaba suelto y se enredaba con el viento, en su hombro izquierdo sostenía el bolso del liceo, tenía el uniforme.
-¡Hola!- dije mientras le daba un beso en la mejilla.
-Cuando sea la hora de salida te espero aquí-dijo perseverante.
-¿Qué? ¿Por qué?- pregunté sorprendida.
-¡Porque hoy comenzamos! – La miré confundida, ella leyó mi mirada- Bueno, verás, ayer, como te prometí, íbamos a comenzar con un trabajo a tiempo libre, ¡y lo conseguí! Resulta que le envíe un mensaje a todos mis contactos

¡Hola! ¿Sabes quién soy? Si no sabes…
Mi nombre es Emily ¿para qué te envío
Este msj? Pues estoy buscando un
Trabajo junto a una amiga mía y queremos saber
Si nos puedes ayudar >.< ¡¡¡¡
Espero tu respuesta a este mismo teléfono
Ah! El trabajo obligatoriamente tiene que ser para
mañana mismo, disculpa las molestias.
Es urgente! No te olvides de mandarme
La información completa ;) Gracias por leer.
[ENVIAR]

-¿De verdad te respondieron?- pregunté sorprendida.
-Sí, sí. De 100 personas 80 respondieron- lo miré con los ojos abiertos, ella río.
 -Obviamente se me acabó el saldo, pero bueno, eso no interesa. Mira el mensaje que más me interesó:



 ¡Hola linda! Sí, si, se quién eres
Mi nombre es Ryan,
no sé si me recuerdes.
Pues yo ofrezco trabajo urgentemente
Para mañana, alguien que me ayude
En la tienda de mi papá y mía.
Le ofrecemos 200bsf a cada una
Sólo por trabajar esta semana!
¿De qué se trata el trabajo?
¡Muy sencillo!
Cajeras en el abasto, sólo tienes que
Hacer el trabajo de una cajera
del mercado, si van, les explicaré.
Si aceptas envíame un msj con la respuesta
¿Dónde nos puedes ubicar?
En la calle Ritchier, lateral a una tienda de mascotas, 
frente a una tienda musical.
Las esperamos a las 2:30 pm
¡Adiós!
[RESPONDER]

Pasadas las horas, al salir del instituto Emily y yo caminamos hasta la calle Ritchier, como habíamos acordado con el chico, encontramos el lugar rápidamente. 
-Bien, aquí estamos- nos encontrábamos paradas frente a un gran abasto, aún no habían abierto, pero en la puerta estaba, efectivamente el chico, Ryan.
-¡Hola!- exclamó cuando nos vio, era un chico energético, su piel era morena, sus ojos y su cabello eran color negro, su sonrisa era muy brillante y les brindaba a los demás seguridad, corrió hacia nosotras.
-¡Hola Ryan!- dijo Emily dándole un beso en la mejilla- te presento a mi mejor amiga, se llama Carly-
-Mucho gusto- me miró de una forma curiosa y una expresión de sorpresa se dibujó en su rostro, luego sonrío- ¡Hey! Tus ojos… Me gustan- yo le sonreí.
-Gracias.
-Bueno, Ryan. ¿Podemos ver más a fondo este trabajo?- dijo Emily rompiendo el hielo, él la miró y asintió.
-Síganme- dijo mientras se daba la vuelta y caminaba hacia la entrada del abasto, nosotras lo seguimos, jaló la puerta de entrada y nos conseguimos con un lugar bastante lleno y espacioso, Ryan nos hizo dirigirnos hacia un cuarto, era pequeño, y señalo dos conjuntos que se encontraban encima de una mesa.
-Ese es su uniforme, pónganselo y cuando salgan yo les indico que hacer, mientras, abriré- las dos asentimos y él nos cerró la puerta. Emily y yo comenzamos a cambiarnos, el uniforme era una camisa blanca un pantalón negro, los zapatos eran deportivos color negro.
-¡Me queda exacta la ropa!- le dije a Emily.
-Es que le dije nuestras tallas- sonrió.
-Ah, ya – comencé a reír.
Nos dirigimos hacia la puerta y la abrimos. Ryan nos esperaba apoyado en contra de una pared blanca, miro a Emily, después a mí, nos sonrió .Dejo de apoyarse en la  pared y camino hacia nosotras.
-Síganme- anunció, luego se dio la vuelta y salimos de aquella esquina, nos conseguirnos con un gentío en la tienda, él nos señaló unas cajas vacías- ahí es donde van a trabajar.
-¡Genial!- dijo Emily mirándome con los ojos brillantes.
-Pero… ¿qué es lo que haremos?- le pregunté a Ryan.
-Bueno, en la caja están las indicaciones, los ordenadores están prendidos para hacer el trabajo- él se acercó a una de las cajas y comenzó a explicarnos que debíamos hacer, asentimos ante sus pautas- bien, eso es todo.
-Me gusta- dijo Emily sonriendo.
-Me alegro- dijo Ryan- bueno, comencemos, no hay tiempo de perder- enseguida, en la misma caja agarró un cartel que decía “cerrado” y le dio la vuelta, paso de ”cerrado” a “abierto”, luego, hizo lo mismo con la otra-¡Suerte!- asentimos y nos dirigimos hacia nuestras cajas correspondientes.
No en menos de 30 segundos las personas se iban acercando hacia nosotras a cancelar sus alimentos, la verdad no era tan difícil el trabajo, pero se necesitaba bastante paciencia, era el centro de atención del abasto, mis ojos, en realidad, eran el centro de atención, pero siempre he querido destacarme más por mi trabajo que por otra cosa, por la dedicación que le doy, no por mis ojos, eso siempre me ha molestado.
-¡Qué rápida es!- movía los objetos con una agilidad que jamás había tenido en mi vida, ¿Por qué siempre tenía que ser famosa por mis ojos y no por lo qué hacía? Siempre era así, la gente piensa que me gano las cosas por ser una "tipa" rara, pero siempre he querido demostrarles que, todo es diferente.
-¡Carly, descansa un poco!- dijo Ryan en una oportunidad, pero tristemente, no lo oí, las otras cajeras me miraban con furia porque había robado todos sus clientes, y las personas estaban descendiendo rápidamente.
-Carly…-dijo Emily riéndose mientras paraba una de mis manos- En serio, debes descansar- suspiró.
-Emily – dije mirándola- déjame seguir- ella soltó mi brazo sorprendida por el tono de seriedad que puse, y, en silencio, siguió su trabajo.
-De verdad te esfuerzas Carly, pronto tendrás tu violín- susurró Emily, mi corazón pálpito cuando dijo eso.
Trabajé duro toda la mañana, quizás no era suficiente, y sentía que no lo era, quería dar lo mejor de mí, para que mi esfuerzo para conseguir ese violín no fuera en vano, quería llegar a ser una famosa violinista, y no me quería rendir, quería ser capaz de alcanzar tal sonido, el sonido que hizo aquél chico… Quería realmente llegar a ser alguien importante en el mundo de la música, y, hasta el día de hoy, me he animado  a hacerlo, aunque sabía que era lo que me diría mi papá.
Has perdido tu tiempo” Me mordí el labio al pensar eso.
-Gracias por el día de hoy, chicas- dijo Ryan sonriendo amablemente.
-Gracias a ti por darnos este trabajo- Dije mientras le sonreía.
-Gracias Ryan- dijo Emily mirándole a los ojos, rápidamente, su sonrisa desapareció del rostro y se puso un poco colorado, yo me sorprendí ante aquella actitud.
-Hoy estuviste muy bien- dijo Ryan volviéndola a mirar a los ojos, con una pequeña sonrisa.
-Gracias- Emily le devolvió la sonrisa.
Después de un leve silencio algo me sorprendió.
-¡Dios mío, mi papá me va a matar!- dije mirando al cielo, estaba oscuro, muy oscuro.
-¡Si es verdad! No me fijé, adiós Ryan, y gracias – acto seguido, salimos corriendo Emily y yo.
Llegamos a nuestra casa 20 minutos después, yo llegué a la mía, saqué las llaves de mi bolso del liceo y abrí la puerta, ahí estaba, era mi padre, sentado en uno de los sofás viejos.
Se levantó desesperado, y llegó hacia donde estaba yo muy enfadado, yo puse los ojos en blanco.
-¿Dónde estabas?- pregunto molesto.
-Trabajando- respondí.
-¿Trabajando?- dijo poniéndose las manos en la cintura.
-Sí.
-¿Cómo es eso que estás trabajando? ¡Si yo no te di ningún permiso!- yo coloqué mi bolso encima de uno de los sofás.
-¡Me sorprende qué me lo preguntes!- exclamé- estoy reuniendo para comprar mi violín.
-Pero… ¿Cómo pudiste hacer eso?- preguntó enfadado.
Me agarro del brazo fuertemente y me miró furioso a los ojos, de repente, todos los recuerdos de aquél niño y yo, el sonido del violín, el esfuerzo que había hecho hoy, las burlas hacia mí, como se me quedaban viendo mis ojos, los rumores, todo, todo pasaba por mi cabeza, recuerdos tristes… Todo.
Unas lágrimas recorrieron mi mejilla mientras él cambiaba su expresión, intente forzar mi brazo para que saliera de sus manos.
-¡Suéltame! ¿Qué pasa, por qué no quieres que toque ese instrumento? ¡Tenemos suficientes fondos!- él soltó mi brazo rápidamente y yo salí corriendo a mi habitación con los ojos aún llenos de lágrimas.
-Ese instrumento cambió mi vida- susurró mi papá, no lo pude oír, tristemente, no lo pude oír.
Abrí la puerta furiosamente, y me lancé sobre mi cama desordenada y vieja, comencé a llorar desconsoladamente.
¿Qué tenía mi papá en contra de que yo tocara ese instrumento?
Pero, si sabía una cosa, que no iba a renunciar a él, por nada del mundo.




























Todos los derechos reservados.

martes, 27 de diciembre de 2011

Su ausencia.

Se hacía notar, su ausencia.
Cada paso que daba tenía sentido y era él.
Ahora, mis piernas van sin rumbo fijo bajo la oscuridad.
El aire que respiraba estaba contaminado con su perfume, Lacoste Homme.
Ahora, sólo sentía un simple olor a nada 
Miraba las estrellas en sus ojos, mis noches eran suyas.
Ahora, miro sólo la luna vestida de soledad.

No recuerdo como fue mi vida sin él, pues siento, que desde que había llegado, se volvió mi vida, mi rutina, mi yo


jueves, 22 de diciembre de 2011

¿Cómo tocar la vida? Guía para principiantes.

Buenas, ¿cómo están? Bueno, llevaba mucho tiempo sin bloggear, había comenzado las clases y no me daba tiempo ni de respirar, pues aquí les traigo un libro que hice hace más o menos 6 meses, lo titulé : "¿Cómo tocar la vida?". Al leerlo podrán encontrar uno que otros errores, y discúlpenlos, mi redacción es un poco extraña pero confío en que se acostumbren. Fue un libro que hice y no quise desperdiciar, espero que disfruten leerlo tanto como yo cuando lo escribí. 


Gracias por leer.

¿Cómo tocar la vida? Guía para principiantes.

Al entrar a las librerías podía encontrar varios libros que se titulaban "¿Cómo tocar la guitarra?" o "¿Cómo tocar la mandolina?" Y muchos instrumentos, todos querían sacar de dudas al lector de como podían manejar con perfección su instrumento. Y pensé : "¿Por qué diablos no existe un libro que explique cómo tocar la vida?  Uno que me explique que es lo que debo hacer en cada instante ,que me enseñe a leer las partituras diarias de ella, como sostenerla... Sería divertido". Siempre me hacía esa pregunta cada una de las veces que fallaba en algo, o no tenía la oportunidad de perfeccionar algo"... Hasta que un día, gracias a mi profesora de castellano se me ocurrió. "¿Cómo tocar la vida? Guía para principiantes?". Sabía que los libros de auto ayuda serían inservibles y decidí inventar una novela ficticia en la cual sé que muchos en algunas ocasiones se identificarán. ¿Por qué no empezamos con la primera lección? La más sencilla. Suerte. 



Lección número I :

¿Qué es la vida en mi mundo?

En una ciudad imaginaria, que se encontraba en el corazón de cada escritor, me encontraba yo, viviendo en uno de esos hogares ficticios, viviendo una vida, que, no, no era imaginaria, si no real. 
Imagínense que este mundo existe, como yo me lo imaginé desde que nací hasta que morí… En una casa pequeña que se encontraba entre muchas más de diferentes colores, formas… Vivía yo… 
Me encontraba acostada en la cama de mi cuarto, era pequeña, alrededor de ella se encontraba una estantería donde guardaba mis libros, y una pequeña mesa que estaba llena de cuadernos, también había un gran espejo y una pequeña ventana encima de mi cama.
-Y … Entonces, la raíz cuadrada es esta, si la dividimos por 6 quedaría…Listo- dije triunfante, mientras hallaba el resultado de una ecuación con un cuaderno en la mano, acostada en mi cama, tenía una camisa larga color gris, un short de bluyin y mi cabello azabache estaba amarrado.
-¿Puedo pasar?- dijo mi padre tocando la puerta.
-Claro- dije mirando el cuaderno concentrada.
-Carly, cariño. ¿Por qué no te dedicas a algo más que estudiar?- dijo mi padre, yo bajé el cuaderno y me quedé viendo su cara, estaba llena de arrugas, su cabello se estaba llenando de canas poco a poco y su cuerpo ya parecía al de un anciano, estaba vestido con un elegante traje, me sorprendí, pues él no es muy formal.
- ¿A dónde vas?- pregunté con curiosidad, ignorando su pregunta.
-A una reunión del trabajo- yo suspiré.
-Normalmente ya no tienes tiempo para mí- volví a agarrar el cuaderno, más no me concentré, porque estaba molesta.
-No digas eso cariño… Sólo que hay que sacar a flote nuestras deudas, porque desde que se fue tu mamá… Los gastos sólo me quedaron a mí- caminó lentamente hacia mí y se me quedó viendo- ¿perdona, sí?
-Bueno-suspiré- eso que dijiste que desde que se fue mamá es cierto, pero eso fue ya hace 8 años, siempre sales y no te ocupas en lo importante; que soy yo-él suspiró y me miró serio.
-Desde que naciste, sólo me he dedicado a ti, a tus necesidades y a todo lo que me pidas, pero… Ya veo que no es suficiente para ti- yo deje el cuaderno a un lado y me levanté rápidamente de la cama.
-A ver. Primero que nada, dedicar es BRINDAR tiempo a la persona ¡y lo único que haces es estar todo el día en ese trabajo que me tiene hasta aquí! Además, ¿qué es lo que te pido yo? Sólo te pido un poco de atención, cariño, respeto y… - callé un pequeño instante- Mi violín... Pero prefiero que me des todo eso a que me des un instrumento ¿qué te cuesta?- dije mientras furiosa, pasaba de su lado y salí corriendo hacia la puerta.
- ¿A dónde vas? – preguntó mi padre.
-A “una reunión del trabajo”- le grité, con cierto tono de ironía, mientras le daba vuelta a la manilla de la puerta de salida que se encontraba en la cocina.
Sabía que estaba mal todo lo que estaba haciendo, pero ya no soportaba vivir así. 
-Oh… Dios- miré mis pies, andaba descalza, y también vi mi vestimenta. Estaba tan furiosa que no me di cuenta cómo salía, pero ya era tarde, comencé la guerra y no pensaba acabarla. Me dirigí hacía la casa de mi mejor amiga, Emily, que se encontraba a unas cuadras de la mía, no había nadie, las calles estaban solas y agradecía por ello, caminando y caminando me conseguí con su hogar, apenas lo vi corrí inmediatamente hacia él. 
-¡Madre mía Carly! ¿Qué te pasó?- La voz de una chica hizo que subiera mi cabeza, ahí estaba, efectivamente Emily asomada por la ventana de su habitación, su cabello era largo y negro, su piel era tostada, sus ojos también eran negros y su cara estaba llena de pecas. 
-¡Baja rápido y ábreme!- dije haciéndole señas con la mano, ella asintió mientras se desaparecía en la oscuridad de su cuarto, una oleada de frío cubrió todo mi cuerpo y me abracé, enseguida, la puerta de madera rojiza de abrió, rápidamente me abalancé sobre la figura de Emily.
-¡Emily! No puedo más... - suspiré, ella me jaló del brazo y cerró la puerta rápidamente. Me conseguí con una casa mucho más acomodada que la mía, esta tenía dos pisos, muebles nuevos, acomodados en su sitio, una estantería grande bien arreglada, el suelo estaba brillante, era de madera, una pared dividía la entrada a la cocina. Las paredes eran color pastel y al lado de los muebles, se encontraba una escalera de madera.
-Subamos y me cuentas todo- me dijo, yo asentí, ella se dio la vuelta y fuimos subiendo las escaleras.
-¿Y tu mamá?- pregunté, llegamos al segundo piso y caminamos hacia el cuarto.
-Salió al trabajo- suspiró mientras giraba la manilla de la puerta, que también era de madera, y llegamos, llegamos a ese cuarto “magistral” Su cama era grande, tenía un televisor frente a ella, había una mesa la cual sostenía su ordenador, atrás de su cama había un ventanal que mostraba todo el vecindario, las paredes eran color azul marino y el suelo tenía cerámicas blancas, brillantes y limpias.
Ella se sentó en el suelo, mejor dicho, se acostó y esperó que yo hiciera lo mismo.
-Bueno…- dije ya acostada-…Es mi papá- ella puso los ojos en blanco.
-¡Qué extraño!- dijo irónicamente mientras fruncía el ceño.
-Lo que sucede es… Que no me presta para nada atención, piensa sólo en el dinero, piensa que es lo esencial en la vida, pero no… y… Esta mañana tuvimos una discusión en la cual me molesté tanto que no me di cuenta de lo que llevaba puesto para salir…Y ves los resultados, cada vez estamos peor- ella comenzó a reír.
-Vale, te prestaré ropa- yo sonreí.
-Gracias- dije mientras miraba al techo.
-Pues… Seguro esperarás que te de un consejo- me dijo Emily acariciándose el cabello mirando al horizonte.
-No… Estoy bien con que sólo me escuches- le sonreí mientras la miraba- gracias- ella se dio la vuelta y me devolvió la sonrisa.
Hubo un silencio de aproximadamente 2 minutos.
-Y… ¿Qué hay del violín?- preguntó Emily.
- Se lo he dicho, pero me ha respondido que es imposible comprarme uno- suspiré y ella también.
-Nada es imposible, sólo difícil. Mira, Carly, ¿tú de verdad quieres un violín?- asentí- pues lucha por él, como lo que has amado más en tu vida.
-Gracias Emily, de verdad me ayudas-sonreí- ojalá pudiera devolverte lo que haces por mí.
-Bah, no es para tanto- comenzó a reír- Oye, tenemos que ver cómo debemos luchar por ese violín.
-¿Debemos?- ella asintió.
-Vamos a esforzarnos las dos juntas ¿ok? Porque este esfuerzo es de dos, tanto tuyo como mío- sonrío.
-No… Tengo que hacerlo yo sola – dije mientras alzaba la mitad el cuerpo, ella también, y me miró.
-Para algo somos mejores amigas, para apoyarnos en lo que sea, tú me has hablado mucho de ese instrumento, como si fuera tu propia vida, de verdad se nota que quieres tocarlo, te ayudaré y simplemente no cambiaré de opinión- nos sonreímos, después ella se levantó por completo.
-Bien, comencemos- la miré sorprendida.
-¿Comencemos con qué?- pregunté mientras también me levantaba.
-Con esa meta; comprar un violín- yo estaba la miré exasperada.
-Emm… Emily, todo tiene su tiempo, primero necesitamos un trabajo a tiempo libre, o…-ella me interrumpió.
-Eso ya es pan comido; tengo contactos, sólo les envió un msj y…-abrí los ojos como platos.
-Emily, ¿me prestas tu teléfono?- ella asintió y se sacó algo del bolsillo.
-Toma- dijo alzando la mano para entregarme el teléfono.
-Gracias- lo agarré suavemente y coloqué el número de teléfono de mi papá.
“Papá , ya voy a casa.”
[Enviar]
-Listo- dije entregándole el teléfono- ahora… Si no es mucha molestia… ¿me podrías por favor prestar la ropa?- me mordí el labio.
-Bien, tranquila- sonrío mientras se acercaba a su armario y sacaba algunos conjuntos, los coloco en su inmensa cama- elige el que quieras.
-Gr…Gracias- elegí un conjunto al azar y lo coloqué aparte.
-Será mejor que te bañes- dijo ella poniendo sus brazos encima de su cintura, yo asentí.
-Vale.
-En el baño hay unos paños, no hay problemas, elige el que quieras, ah y llévate el conjunto que elegiste, te espero aquí- yo asentí y sonreí, mientras corría hacia el baño.
Abrí la puerta del baño, era muy acogedor tenía una ducha, un sanitario, también había un lugar donde se encontraban las toallas, elegí una de color lila y abrí la llave de la ducha. El agua estaba fría y sentía como se deslizaba por mi cuerpo, mientras me ponía a pensar en cómo sería mi futuro: Tal vez…
Veía en mí mano izquierda un violín, de elegante madera color castaño, formado por sus cuatro cuerdas: sol, la, re y mi.
Una pasada de arco, movimientos ágiles con el brazo y la mano izquierda. En frente de mí un público innumerable aplaudiéndome, en las noticias se veía mi nombre, y…
El sonido de la puerta del baño hizo que me saliera del mundo de la imaginación.
-Carly ¿estás bien?- preguntó Emily desde las afueras.
- ¡Sí, estoy bien!- dije mientras cerraba la llave de la ducha, agarraba la toalla y me secaba rápidamente, poco a poco me fui poniendo la ropa y, cuando terminé, me dirigí hacia el espejo para peinarme, agarré un cepillo blanco que se encontraba ahí y subí la vista.
Mis ojos grises me miraban, mi piel blanca se podía reflejar a la luz del baño y veía mi cabello ondulado largo aún lazando gotitas de agua. 
-¡Pero qué rara! Te pareces a una bruja- dijo una chica riéndose al mismo tiempo que me empujaba y caí inmediatamente al suelo, el golpe hizo que sintiera un intenso dolor en mi pierna - Ah… La pobrecita se golpeo- dijo en tono burlón, al mismo tiempo que se daba la vuelta para irse. Yo me quedé intacta, en el suelo, llorando.
-¿Estás bien?- una voz de un niño de mi misma edad hizo que cerrara los ojos sin mirarlo, luego  asentí- déjame ayudarte- dijo al tiempo que alzaba la mano, volteé mi rostro y volví a cerrar los ojos, alcé la mano y la apreté contra la suya y jaló mi brazo .El esfuerzo logró que me levantara.
-Gracias- dije en voz baja con los ojos cerrados fuertemente.
-¿Qué sucede, tienes miedo?-yo negué con la cabeza- ¿entonces..?. – preguntó, yo sin aguantar…en ese mismo instante… Abrí los ojos y… lo vi.
Su piel era blanca… Sus ojos azules, su cabello color amarillo… Mi corazón palpito en cuanto lo vi… Su cara era… Tan, angelical… El me sonrío y yo me sonrojé, me agarro las manos y nos fuimos de ese lugar tan oscuro… 
-Espera… ¿A dónde me llevas? – dije mientras miraba atrás, él no me respondió, luego, vi como tomaba mi mano de una manera tan delicada… Que sentí que no importase donde me llevase…
-Aquí estamos…-dijo mientras soltaba mi mano, miré a mi alrededor, había una enorme casa a mi izquierda, compuesta por una gran puerta de madera, era de tres pisos, las paredes eran de color blanco y el patio estaba compuesto por una gran fuente de agua rodeada de la hierba…Eran muy borrosos recuerdos.
-… ¡Carly!- gritó Emily- ¿estás bien enserio?- su voz dulce hizo que despertara de esos recuerdos tan abrumadores.
-Si… Pero…- me volví a mirar en el espejo, y miré a mis ojos grises de nuevo, los recuerdos volvieron a aparecer.
-¿Qué es eso?- pregunté mirando su mano.
-Es un violín- sonrío mientras alzaba su brazo izquierdo y a “el violín” lo colocaba debajo de su barbilla entre su hombro, luego, con la mano derecha, agarró un palo de madera que encima de él llevaba pelos de un animal que yo desconocía, y lo colocó encima de unas cuerdas del violín, un sonido agudo hizo que abriera los ojos como platos y me recostara en la hierba.
-¿Cómo se llama eso?- dije señalando el palo.
-El arco- dijo mientras agarraba “el arco” y rápidamente lo pasó encima de las cuerdas, yo abrí los ojos como platos, ágilmente su mano izquierda se movía por la parte de arriba del violín, me quedé totalmente sorprendida de ese sonido, era tan maravilloso, bajaba y subía el arco y sonreía al alcanzar una tonalidad máxima del violín.
-Que… Hermoso…- dije mientras sonreía ante aquél sonido, de repente se volvía agudo, luego grave, cerré los ojos y pensé que… Era algo indescriptible…No podía recordar con cierta claridad aquél lugar, pero si puedo recordar aquella melodía, causada por ese instrumento musical; el violín…
Los sonidos extraordinarios eran como una lección de toda la vida, esas que nunca se te borran de la mente y las piensas todo el día para que no se te olviden, cada pasada de un arco era una gloria maravillosa para mí.
¿Quién era ese chico? ¿Cómo hacía eso? ¿Dónde estaba? 
Las preguntas que debía hacerme… No pasaban por mi cabeza… Simplemente me dejaba llevar por aquella melodía…
Un grito ahogado hizo que el terminara el sonido de la música, abrí los ojos y lo busqué con la vista… No estaba, desapareció, lo busqué a mis alrededores y… Se había ido. 
Ahora este es el momento en el cual debía hacerme las preguntas…
¿Quién era ese chico? ¿Cómo hacía eso? ¿Dónde estaba?
-¡Carly, me tienes preocupada!-Gritó Emily, mis ojos grises volvieron en sí y me di cuenta que volvía a la realidad, estaba sorprendida; mi cabello estaba seco, al igual que la toalla ¿Cuánto tiempo había llevado ahí? Agarré mi ropa sucia y la coloqué entre mis brazos, caminé varios pasos y abrí la puerta, y, efectivamente ahí estaba Emily , enojada.
-¿Cuánto llevo ahí?- pregunté mirándola asustada.
-Cuatro horas-respondió, yo me quedé totalmente sorprendida.
-¿Qué hora es?- pregunté desesperadamente.
-Exactamente las 2:30- La besé en la mejilla al mismo tiempo que salía corriendo hacia las escaleras.
-¡Adiós Emily, nos vemos mañana, gracias¡ - ella asintió y suspiró mientras daba vuelta hacia su habitación.
Bajé las escaleras rápidamente y vi la puerta de salida, la giré rápidamente y sentí el aire fresco, corrí, con la ropa en la mano, corrí cómo nunca lo había hecho y, en minutos, ya tenía al frente a mi casa.
Caminé lentamente hacia la entrada, la puerta era de madera, la toqué varias veces, hasta que unos pasos apresurados se acercaron a mí, la puerta se abrió enseguida, y… ahí estaba mi padre, furioso.
-¿cómo se te ocurre salir así? ¿Estás loca?- dijo mientras me miraba de arriba abajo- ¿de dónde sacaste esa ropa?
-¿Crees que robé una tienda? Eres capaz de creer eso- dije suspirando mientras pasaba de su lado.
-¿A dónde vas?- preguntó mi padre dando la vuelta rápidamente.
-Supongo que a mi habitación- respondí mientras encogía los hombros, el suspiró y dejó que caminara hacia mi habitación.
Los recuerdos volvieron a mi mente.
“Es un violín”
-¿Comencemos con qué?
-Con esa meta; comprar un violín.





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sábado, 13 de agosto de 2011

¡Qué vergüenza!


Era un día nublado, todo el colegio quería que lloviera, ya el sol nos estaba cansando, a la hora de salida siempre nos estorbaba la vista y las únicas gotas que hacía que derramáramos fueran de sudor.

Nuestras súplicas fueron escuchadas, una lluvia muy intensa empezó, esta no cesaba, y finalmente había llegado la hora de salida. ¡Pero qué tontos al desear lluvia! Olvidamos que al salir no había nada que nos protegieran de esas gotas. Al fin y al cabo todos nos amontonamos abajo de una sombra, donde las gotas no podías llegar hacia nuestros uniformes, los que de lejos podían reconocer a sus padres dentro de sus respectivos carros salían corriendo huyendo de las gotas y a abrigarse adentro.

Yo estaba sentada en aquella sombra, mirando como las gotas caían, y me puse a hablar con una amiga.

- Hoy no vi a tu sabes quién... ¿Habrá venido?- Con el término tu sabes quién me refería a, ya saben "el chico de mis sueños". Ella estaba al lado mío sentada posando su vista sobre los carros y las personas que salían corriendo y sin mirarme a los ojos respondió.

- Bueno, yo tampoco lo he visto...- Decepcionada, bajé la vista. mientras encogía todo mi cuerpo y sólo le permitía a mis ojos mirar mis piernas. De repente, sentí como mi hombro era zarandeado por una mano, rápido, levanté la vista, era mi amiga  señalándome a un chico que corría abajo de la lluvia sin camisa, yo me reí con ella. No sabía quién era. Así que, para alegrar un poco el ambiente fúnebre le grité "Papi estas bueno!"Muchas personas ríeron, hasta mi amiga, aunque se sorprendió muchísimo de lo que hice, no entendí el por qué, pero luego me dí cuenta. No lo hacía con intención de que volteara, pero me escuchó y volteó. ¿Saben quién era? Sí, era : "Tú sabes quién" Exacto, "el chico de mis sueños" Y sí, si fue ese día.

miércoles, 10 de agosto de 2011

Recordarte.

Estaba sentada, viendo ansiosa el reloj, por fin, ya era hora de irme de ese lugar de recuerdos dolorosos.

Estaba a punto de cerrar la puerta, cuando de repente, me di cuenta que el computador estaba prendido, con una risa torpe prendí la luz de nuevo y me acerqué al computador, aún sin sentarme agarré el mouse con delicadeza y al deslizarlo al botón inicio pude ver algo que me llamó la atención. Era aquella bendita carpeta que decía "Conversaciones del messenger". Los gritos de mi madre comenzaron y respondía con el típico "Ya vaa..!" Pero la verdad es que ese "ya va.." Duró más de media hora. Me senté sobre la silla, que por cierto estaba caliente, estaba acostumbrada a sentarme ahí todas las tardes y empezar a crear recuerdos. 

Vi el nombre de él dentro del contenido de esa carpeta, no dudé a dar 2 clicks sobre aquel archivo, y ¡Zas! Mágicamente mis recuerdos aparecieron, de nuevo, sobre aquella pantalla. Y ¡Vaya! Unas lágrimas se deslizaron sobre mis mejillas. Era un sentimiento bipolar, cada palabra me daba cierta alegría y tristeza. Es recordar lo que sientes con tan sólo unas cuantas frases.

Es increíble, como las personas que tanto amas pueden cambiar tanto. Es como si operaran los sentimientos de un corazón, ya no podrás verlos parecidos. Leer conversaciones viejas es como regresarte en el tiempo, sólo que ya no podrás cambiar tu pasado... Y bueno, tampoco podrás cambiar a las personas.